La verdad es que me esperaba algo mucho más sencillo. No iba preparado para la excursión que empezaba en Panticosa y subía como cinco millones de metros hasta los ibones, pero como dicen por ahí challenge accepted. Incluso la última etapa había que hacerla :) Unos paisajes preciosos, aunque tampoco se podían disfrutar mucho, pero sobre todo, un reto.
Con catarro encima que sólo pudo empeorar (y ahora queda demostrado) y un esguince en la última bajada…. pero me siento muy bien. Ahora habrá que comprar unas buenas botas, recuperar el tobillo y volver a buscar otra ruta.