Un lugar que muchas personas considerarían como paradisiaco, y un fin de semana marcado en muchos de los calendarios de la gente de las zonas de playa. Pero no todo podía ser tan bonito (aunque sí, es precioso).
La verdad es que es un entorno nuevo desde ese punto y aparte. Si el día a día está bastante superado, esas vacaciones, esas imágenes grabadas en el cerebro que siguen atacando para dejar dentro de uno mismo una enorme sensación de tristeza.
Habrá que aprender a olvidar. O al menos a deshacerme de esas emociones, o a llevarlas conscientemente. Y de repente descubres que ese pollo sigue ahí. Una amarga sorpresa.