El día de ayer era bastante insuperable. Con el colofón de la visita a la tumba de Tolkien cualquier cosa que hiciera hoy me iba a saber a poco. Pero bueno, no ha sido así.
Hoy me he levantado con el ánimo tranquilo, charlando con la gente de la habitación, sin prisas, con la intención de hacer poquitas cosas y volver al hostal a hacer vida social con los room-mates. He empezado bien: desayuno y visita a la biblioteca chupi de Oxford (con un grupo reducido y simpático con bromas sobre escenas que se habían rodado ahí de Harry Potter, aunque para simpática la guía, pero eso es otro cantar), todo ello seguido por un descanso en un camino que hay detrás del colegio Corpus Cristi (españolizado). Un poquito de lectura al sol (incluso me he puesto un poco colorado, hoy pegaba duro ahí fuera -los locales iban jurando, jejeje-). Pero luego ha empezado lo duro. Tanto leer y estar sentado que he tenido que pillar algo rápido y subir perdiendo el culo a la oficina de información donde empezaba el tour de Tolkien por Oxford.
Primera impresión: esta vieja no nos va a contar nada. Impresión final: Erroooooooooooor. Moraleja: Cuando vayas a un tour sobre CS Lewis y JRR Tolkien y un par de personas digan que van por Lewis, hazte oír y defiende al favorito de la guía. Qué ojicos me ha puesto cuando he dicho que yo estaba ahí sólo por Tolkien. Me ha amado intensamente durante unos segundos. Luego la mujer a lo suyo, que eso sí, en la parra.
La visita, nada cronológica, ha estado genial y venía a completar lo que estuve viendo ayer. Un buen paseo viendo qué garitos y casas había frecuentado o habitado Tolkien (y el tal Lewis también). Era gracioso ir buscando en Google fotos de Tolkien en esos lugares, sobre todo porque casi te lo podías imaginar ahí, paseando, bromeando o pensando sobre su obra. La verdad es que Tolkien no tuvo una vida fácil, pero cada uno a nuestra manera, ninguno la hemos tenido…
Después me he planteado volver al hostal. Pero de camino he pasado por la estación de autobuses: errooooooooooor. He pillado uno que me ha llevado al Belheim Palace, que había leído que era Patrimonio de la Humanidad. Pues feo no tenia que ser. Había mirado los horarios y casi seguro que no llegaba a entrar a ver el palacio, pero sabía que había unos jardines chulos alrededor. Para allí que me he ido. Fácil, coges el S3 y te lleva. Preguntas un poco y miras en el Google Maps y llegas a la entrada. Palabra que resume el palacio y alrededores: enoooooooorme.
Habría que mirar la extensión y ponerla encima de Zaragoza, pero vamos, las fotos que había visto no hacen honor a lo grandes que son los alrededores. De hecho, después de andar un buen rato he llegado a un sitio de “La Columna de la Victoria” (victoria contra los españoles, claro…) alrededor de la cual había una valla electrificada y ovejas pastando (he saltado la vaya por un lugar que parecía hecho para ello, y he sacado un par de fotos de la susodicha columna, todo un aventurero, jejeje).
La vuelta ha sido agradable con una charla con unos japoneses/as en el autobús. Qué tímidos son, leches, así no se puede :-)
Mañana la idea es ir a Bath, pero antes tal vez querré visitar un museo. No estoy seguro. Los días avanzan, poco a poco, pero el cometido inicial de hablar inglés se está cumpliendo. Empiezo a pensar en inglés y a reaccionar en inglés.
Aunque no todo podía ser positivo. El ritmo de gasto de dinero es, tontamente, muy alto. Estar en un país donde te cobran 5 libras por visitar casi cualquier sitio resulta caro si vas como turista. Eso sin contar los 20€ por entrar a la Abadía esa de Westminster (que vi ayer el estracto y duele más en europios).
Formas de ahorrar por el país (que no se si aplicaré o no): huye del tren y tarda más en autobús, infórmate bien antes de entrar en un sitio, ¿merece la pena? ¿TE merece la pena?, si te alejas del centro y buscas un supermercado la comida será más barata y el último punto de gasto, el alojamiento, que si no vas de amigueo o coachsurfing te va a salir por 20 piporras (de media).
Todo muy de cajón, pero hay que ir llevándolo presente, o no. Que para gustos y modos de pensar, colores.
Lo dicho, mañana nos vemos en Bath. Pasado quién sabe.