Hoy he visitado muchas cosas, pero casi lo de menos es lo que he visto, o lo que he hecho. Hoy me he puesto las pilas, principalmente porque ayer me puse a buscar información para ver a qué sitios ir por aquí por Londres. Así que ahora con “objetivos”, la cosa era ir andando o en Metro. Primero había que ir a King’s Cross para visitar el andén de Harry Potter, visto. Después me he pegado una caminata elegante hasta llegar al estadio del Arsenal, Emirates Stadium. A mitad me he parado y e he arreado la madre de todos los desayunos (error, porque ando descolocado todo el día). Cuando he llegado allí, fotos, visita a la tienda… y un pequeño recuerdo en forma de camiseta. ¿Dorsal? ¿Jugador? Pues he estado a punto de pillar el de Cazorlita, pero bueno, he sido un poco más clásico. El nombre no queda muy bien, pero oye, he ido a lo barato…..
Después de esa horita de andar, tocaba un poco de metro y he levantado la cabeza en Candem… Genial, divertido, estravagante, todo es poco. Me ha encantado, pero como posiblemente vuelva el domingo, pues como que he ido rápido. Después me he “perdido”, porque mi intención era ir al Regent’s Park, pero unas vías de tren se interponían en mi camino, después lo han sido calles sinuosas con las que era imposible coger la buena dirección. Pero me ha servido para ver ese barrio “de gente de bolsillo elegante” (al norte de Regent’s). Luego he ido al parque, turno de tirarse en la hierba al solete, más parque y volverse a perder. Porque mi intención era ir hacia Abbey Road, pero he salido del parque un pelín en dirección sur, total que he acabado en Baker Street. Genial, ya de paso he visto las cosas de Sherlock y alguna tiendecilla. Luego he ido andando hacia el famoso paso de cebra… y me he pegado ahí un rato sentado viendo a la gente hacer el monguer un poco.
Y hasta ahí mis caminatas, unas cuantas horas. Varias cosas vistas, que han acabado con un intercambio en Baker Street para ver la estación (que está “modo antigua”) por dentro. Todo muy bonito, todo precioso, ale para el hostal que estoy reventado.
Pero la cosa es que hoy ha sido un día de vértigo. Por varias cosas en general. Pero hoy abrir la aplicación para escribir en el blog ha sido chocante. He mirado todas las entradas que llevo y han sido un montón. Echar la vista atrás duele, pero no por tristeza, sino que duele de cansancio. Un montón de días, de vivencias, de temores, todo ha ido de un lado para otro como llevado por el viento (u olas, o el impulso del martillo de Thor, que sino queda muy bonico). De repente visto en líneas, 33 cosas son un montón.
Pero también me ha dado vértigo mirar el día de mañana (literalmente mañana, viernes). Mañana toca ir a la única cosa que tenía reservada de antemano (antes incluso de tener billete de ida). Mañana toca ir a Groove a la fábrica/museo de Williams. Y da vértigo, no sólo por el sitio, sino porque cuando empecé toda esta cosa, el 24 de agosto parecía lejano, incluso cuando vine a Londres seguía estando lejos. Ahora está ahí, lo que para mí estaba lejos, lo que significaba el final del viaje, ahora lo tengo delante de los ojos. Pero lo mejor es que no es el final de nada, es que queda todavía un porrón de cosas por ver y por hacer (aunque alguna se me ha torcido, ya veremos cómo me lo apaño).
Mientras tanto vamos a preparar el día 35… y tal vez la noche del 34, aunque tengo ganas de reposar un poco y ver si se me pasa este catarrillo que he enganchado, sea como sea, hasta el día 44 todavía quedan muchos… muchísimos :)
Ps: Tal vez es un poco tarde para avisar, pero ya que esto lo escribo desde el móvil y de acuerdo a la norma de no releer lo escrito, ya perdonaréis todo lo que haya que perdonar….