Mis 4 mandamientos
Miguel Julián
por Miguel Julián
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Vodka de higo

Todas las personas merecen la pena, pero en el fondo ninguna más que uno mismo. Todo empieza desde dentro y se proyecta en todas direcciones. Ese “algo” que llevo buscando desde hace un par de años parece que está llegando.

Pese a todos los aspectos negativos que encuentro en mi día a día, poco a poco me siento coherente en mis decisiones, en mi vida. De repente me vuelvo a sentir capaz de incitar a las personas a mi alrededor al cambio, vuelvo a sentirme capaz de todo, casi sin darme cuenta, creo que ha llegado ese momento en el que me siento alineado conmigo mismo.

Gran parte de la culpa creo que la han tenido una especie de mandamientos que han ido apareciendo durante este tiempo. Son cuatro:

Let This River Flow: Momento de epifanía total en las cercanías de Newcastle. “Deja que este río fluya”. Nadie debería hacer que el río deje de fluir hacia donde tiene que llegar. Nadie de fuera puede obligar una dirección, pero yo tampoco debo hacerlo, ni hacia mí mismo, ni hacia los demás. No hay que precipitarse, no hay que ser impaciente. Las personas necesitamos fluir hasta un destino.

Low Expectations: Ya lo comenté hace un tiempo por aquí. “Expectativas bajas”. Me resulta bastante difícil controlar mis propios pensamientos acerca de “algo que está por venir”. Sin ninguna duda, con bajas expectativas es más fácil que llegue la sorpresa, pero sobre todo es más fácil afrontar la situación sin ataduras, hacerlo de forma fluida.

Hard To Achieve (H2A): Una realidad que se ha vuelto visible. “Difícil/duro de conseguir”. El eslabón más débil de los cuatro. Es una realidad que, en mi caso, cuando algo me cuesta conseguirlo, soy capaz de disfrutarlo muchísimo más que si lo hubiera obtenido de forma “fácil”. No lo aplico siempre, pero lo tengo muy presente y lo aprovecho.

Break The Vinyl: El comienzo de mucho (y también el final). “Romper el vinilo (disco)”. Hoy en día muchas personas lo entenderán (más o menos) si hablo de salir de la zona de confort. Principalmente me centro en dos disputas constantes: luchar contra decisiones inconscientes y forzarme a hacer cosas fuera de “la rutina”.

El orden no ha sido aleatorio. Muchas veces me gusta verlos como personajes de un libro de fantasía. El primero y el cuarto son claramente antagonistas, el bueno y el malo. Pero está claro que cuanto más pronfundidad tiene el personaje del malo… mejor va a ser la historia. Los dos del medio (segundo y tercero) son dos personajes secundarios e imprescindibles que hacen que tengas algo que contar mientras se suceden las aventuras.

¡Disfruta del libro!