2013 year review - Keep on going
Miguel Julián
por Miguel Julián
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2013-review

Escribo esto a casi 31 de diciembre de 2013 (a saber cuándo lo publicaré), y en el primer vistazo atrás parecía un año aburrido, paradillo, como sin importancia. Momento de pausa… Meeec, error. Creo que este 2013 ha sido, si cabe, más decisivo que el 2012 (que ya de por sí fue majo).

Si pensaba que los viajes de 2012 fueron importantes; París, Bruselas, Granada, Jaca, Madrid, Madrid+Segovia, Cerdeña, Sarvisé en versión reducida, Mataró, Sigüenza, Rosas, Ainsa, Jadraque, Tenerife, La Gomera y el plato final repitiendo Bruselas con Brujas y Amberes de acompañantes, le han dado a este 2013 un ambiente bastante viajero. No es una cosa grandiosa, pero mucho mejor de lo que mis low y mis “realistic” expectations me podían dar a imaginar. Es cierto que este año tenía como objetivo Camboya, pero no me puedo quejar, ya que seguramente estas escapadas me han aportado también un montón de vivencias, amigos e inspiración.

Pero si pensaba que el año pasado fue movido en lo personal. Este año lo ha sido incluso más. Felicidad enorme y tristeza enorme. Todo ello mezclado con bastantes dosis de buena familia. De paso aderezado con grandes compañeros y amigos de Zentyal. Poco me gusta hablar de forma concreta sobre este tema porque involucra a otros. Pero, muchas gracias a todos con los que me he tropezado (en mayor o en menor medida). Viajes en Golf GT con Skrillex o con Springsteen (aquí la música es lo de menos, o no…). Conciertos que terminan en un McAuto. Conversaciones “políticas” donde siempre soy demasiado progresista, o demasiado conservador.  Conversaciones que me ponen los pies en la tierra. Conversaciones que desatan mis ganas de volver a aprender y a superarme. (Y de estas dos últimas hay muchas, pequeñas, aunque sea sobre algoritmos, una lectura recomendada (y si habla de helados, aunque sea como ejemplo, mejor xD), hamburguesas después de ver un partido que cambian mi vida).

A veces he echado en falta de “ánimos” o refuerzos positivos. Este año los he necesitado (aunque hago gala de no necesitarlos), cuando han llegado han supuesto un gran empujón moral. Supongo que mejor así, de todo se aprende. Pero gracias a los que me habéis dicho “has hecho un buen trabajo”, “has mejorado mucho”, “siempre me ayuda hablar contigo”, incluso esos “te odio”. Desde que decidí intentar sumar sin esperar nada a cambio (nada de Karma, sólo acción), muchas veces me siento impotente, e incluso con dudas, pero con o sin esos “ánimos”, este año espero seguir luchando por vivir en un mundo más sabio y justo. Y este año ha sido un año de superación. Una superación que parece que deja al 2012 atrás, pero que habría sido imposible sin lo que aprendí. Sin lo que sentí.

El 2013 ha sido un año de superación intelectual, laboral (en muchos sentidos) y personal (en más sentidos). Acostumbrado a ambientes en los que un poco de rigor y análisis eran más que suficientes, entrar en un ambiente donde descubrí cómo se habían oxidado más de lo que pensaba esos hilos de pensamiento, ha sido un reto maravilloso. Pero más maravilloso todavía es añadir de vez en cuando el verbo “sentir” (o “to feel”) en las conversaciones. Toda esa evolución ha desembocado en un curso de astronomía que me recomendó el Sr. A. Un curso que en cuatro semanas me ha hecho recordar, pensar y aprender a un nivel que casi no recordaba. Un reto. Salir después de varias horas de darle al coco con un “yo era así” es una mezcla de satisfacción y frustración. Y ese “era” se remonta a antes de bachillerato. Una pena haberme relajado y dejado vencer por profesores, vagueza, ambiente,… (Y eso que en tantos años ha habido momentos “lúcidos”, pero no como en este año 2013, que ha sido maravillosamente exigente).

Un final de año agotador. Supongo que al final eso se me olvidará. Pero ha sido realmente agotador. Este final de año ha venido con la gran experiencia del TED. Una experiencia que sólo se supera con la calidad y calidez de las almas con las que he colaborado. Una mudanza. Una muerte cercana (Con coincidencia de película. Si realmente creyera en esas cosas… buenos augurios, muy buenos). Un viaje, y otro viaje. Un Zentyal Summit con su technology preview.

No creo demasiado en los propósitos de año nuevo. Creo que en otro tipo de objetivos. Y si el final de un año sirve como herramienta de retrospectiva, me gusta pensar que en este 2013 he avanzado en varios sentidos que creía necesarios. Este 2014 espero que siga sumando, y espero que siga en consonancia al 2012 y el 2013. Tal vez, como año par, cualquier excusa vale, vuelva a entintarme algún cacho de cuerpo. O puede que que no. Primero pensar, luego empezar a hacer… Y al final, let this river flow… Que ya veremos a dónde llega lo que hemos empezado. Pero siempre, siempre, siempre: mejorar.