Escribir estas líneas con la perspectiva de un par de meses es toda una ventaja. Pero no deja de sorprender, desde este primero de septiembre trabajo para Frogtek. Una empresa social que busca ayudar a tenderos de países en vías de desarrollo a optimizar su gestión (ahorrando tiempo, dinero, …) mediante una aplicación de móvil (en este caso tableta). ¿Era mi objetivo acabar ahí? No. ¿Se acerca a lo que buscaba después de la reducción del 50% de Zentyal? Pues tampoco. ¿Estoy feliz? Sí. ¿Me inspiran los retos que se plantean? También.
Ya me ha pasado muchas veces. Ya puedo empezar a sospechar que es algo que va a pasar siempre. Cuando “fuerzo” un tiempo para mí, me aburro, me agobio, me canso. En cambio, esos momentos de cambio, esas pequeñas “epifanías”, vienen sin que yo todavía controle muy bien cuando. Llegó un día en el que tienes muchas puertas abiertas, muchas posibilidades. Pero decides dedicarte tiempo, formarte un poco, disfrutar de la piscina, de tu tiempo.
¡Menudo rollo! Cuando te encuentras inmerso en ese mundo te das cuenta que todo lo que estás haciendo lo podrías estar haciendo y trabajando a la vez. Trabajando desde el punto de vista de “trabajo para disfrutar, para aprender, para ser feliz”. Y se alinean los planetas. Y te gustan, y gustas. Y empiezas a trabajar. Y dos meses después te das cuenta de no ser capaz de hacer todo lo que querías hacer, de no sonreír tanto como creías, pero que como persona uno mismo se siente mucho más realizado.
Frogtek está en Walqa. Huesca. Fatolandia. Vaya, cada día soy un poco más como ellos… y en el fondo no está mal. Afortunadamente hay mucho teletrabajo, una cultura que poco a poco está calando con fuerza en la empresa. Y el teletrabajo está bien, aunque no es oro todo lo que reluce. Me ha costado más de lo que pensaba acostumbrarme a estar la mayor parte del tiempo trabajando desde casa. Es muy diferente estar un día o dos, o más si hay algo excepcional, a saber que todos los días tienes que trabajar desde casa.
Ese era uno de los retos. El teletrabajo. Pero hay más, un equipo más pequeño, una metodología de trabajo diferente, un puesto de trabajo más centrado en QA, una base de datos cada vez mayor, meterle mano a R, … sin duda va a ser apasionante.
De hecho escribo este texto cuando ya llevo más de un mes trabajando allí, ¡casi dos! Ha habido tiempo para recibir visitas desde México, para conocer a los compañeros, incluso para tener los primeros “roces”. Pero ya se sabe, el roce hace el cariño. Muchos viajes a Walqa ya llevo a las espaldas, muchas vivencias, muchos aprendizajes… y lo mejor es que esto acaba de empezar.