El fin de semana son 2 días, o 2 días y medio (dejemos de lado los puentes). Hay veces que trabajas mucho, te cansas un montón y te sientes bien. Otros simplemente no haces nada, y acabas sintiéndote bien. Pero creo que hay algunos que no destacan por nada…pero puedes acabar diciendo amazing. Nada como disfrutar de aquello que tienes.
Todo empezó después de un examen (en principio no muy afortunado…ain, qué miedo). Pero después unas Zero con amigüitos. Y más allá, unas raciones **ricas y ricas y con fundamento…y para terminar, una buena película: **“Escondidos en Brujas”.
El sábado no tenía por qué empezar bien, puesto que se me olvidó apagar el desperatador…y sonó a las 7:40 :-( Lo mejor, volví a quedarme dormido. Aquí es cuando comienza la Bleach-manía. Nada mejor que meterte en la cama (por eso del frío y la ausencia de calefacción de los sábados y domingos, sí, lo odio) y tragarme unos cuantos episodios. Después de eso…tocaba recoger la casa, todo con Metallica a todo trapo y cantando, pobres vecinos, lo siento. Un agua gatuna y a la comida familiar. Que esta vez tocaba celebrar el cumpleaños de mi Ma. Divertido. Y para acabar con el sábado una tarde tranquilita/fría/romanticona/comilona…tampoco daré muchos más detalles, pero genial. Ah! y por la noche…todavía más noche…¡más Bleach!
El domingo debía ser un día tranquilo, redactar una cosa para el currele y descansar a tuti. Todo pintaba así, pero te invitan a comer cacahuetes y pistachos en un partido del Zaragoza (2-3…what a pitty!) Por la mañana curro y Bleach, por la tarde Bleach y Romareda. Después a hacer una visitca al hospital, donde incluso me lo pasé bien…y para terminar…un poco más de Bleach y How I Met Your Mother.
Nada especial, ¿verdad? No…¡pero me mola!