Seguro que muchos de los que leéis esta página ya conocéis qué es Spotify. Está claro que es un programa que ha revolucionado el mundillo internetero. Aunque sólo sea por el hecho de que hay gente a favor y gente en contra. Y también, simplemente, hay gente que ve pros y contras. En ese grupo siempre suelo estar yo, y no va a ser una excepción.
Spotify es un programita que, simplemente, te deja escuchar música. No te la descaga, simplemente la puedes escuchar. Tu buscas “The Killers”, y te muestra todos los discos de “The Killers” que puedes escuchar. Hasta ahí todos diremos…pues vaya avance. Yo ya tengo mi música, la que me gusta, la que quiero, en mi ordenador. De acuerdo, como bien escuché por Twitter, algún visionario dijo aquello de “Spotify nunca reemplazará mi biblioteca de música”. Y le doy la razón. Pero, ¿qué pasa con grupos nuevos que te pueden interesar? ¿Y con aquellas canciones que escuchabas hace años y que te da pereza buscar? Para mi, aquí está la genialidad de Spotify. En mi biblioteca no tengo apenas canciones de grupos como Jethro Tull, Deep Purple o incluso algo dance para animarme de vez en cuando a esas horas de la mañana. Y ahora, puedo escucharlo sin pereza, cuando quiera, y en cualquier ordenador.
Por último, alabar la presencia de listas de reproducción en Spotify, sí, yo tengo una con Lady Gaga, Infinite, Buttons, Beggin…de normal no lo escucharía, pero mira, ahora, de vez en cuando me pone las pilas. Sólo hay que echar un vistazo a mi last.fm para ver cómo ahora escucho mucha música, pero más variada. Lo que también, en parte, hace que disfrute más de la música “de toda la vida”. De ahí que luego salgan post como el de abajo sobre In Flames.
Sí, Spotify ha cambiado mi vida…y Evernote también, pero eso para otras entradas.
La razón de este post era muy diferente a la de analizar un poquito, o explicar, Spotify, así que atentos a próximas actualizaciones, que serán chulas.