Vamos a empezar dejando las cosas claras. Oficialmente me declaro agnóstico con grandes tendencias hacia el ateísmo. Y, personalmente, me sobran todas las religiones (al menos en el concepto de las que conozco). Pero mira, hay una cosa que me gusta. La Semana Santa, al menos en la manera en la que se hace en Zaragoza.
Me molestan todas las connotaciones religiosas de la Navidad…Pero no por ello seré idiota y exigiré trabajar el 25 de diciembre ^_^ Pero la Semana Santa..tiene algo especial. No me gusta el concepto festivo de otras regiones, o la falsedad (o no) del fervor de otras muchas. Caso aparte son las representaciones en vivo del calvario. De todo eso, me sobran toneladas de falsedad y en general la religión. Pero en Zaragoza las cosas discurren de manera un poco más diferente (como en muchísimas otras celebraciones). La mayoría de la gente no demuestra su “fervor religioso”, más bien parece que todo el mundo disfruta del ambiente que se crea, respetando y valorando una tradición, y todo pacíficamente puede ir condimentado con unas tapitas (o no). y una buena compañía. A mi personalmente me encantan los ritmos de nuestra Semana Santa: muchos bombos, tambores y timbales. No me canso.
Me encanta escuchar una procesión que está unas calles más allá. Escuchar una procesión dentro de una calle estrecha. Ver como todo el mundo (casi) respeta a los demás con el silencio. Y sobretodo me encanta el ambiente semitétrico que se crea en las noches. De hecho, ojalá se pudiera quitar mucha de la iluminación de las calles.
Hasta aquí el post. Me sobran todas las celebraciones religiosas…pero creo que la Semana Santa, tal y como se vive en Zaragoza, con un alto grado de tradición es una de las cosas que no me gustaría que se perdieran de ese trocito de tierra de donde venimos los maños.