Monza es ese circuito con el que pasaba las horas muertas jugando en el ordenador con el mítico juego Gran Prix 2 (y eso sería por el 1997, que ya ha llovido desde entonces). Monza es ese circuito lleno de leyenda, de momentos pegado al televisor deseando estar ahí. Monza es uno de esos circuitos que todo amante al motor debería visitar como si de una peregrinación se tratara.
Y es que Italia y España están muy cerquita en el mapa pero viven con una intensidad muy diferente el mundo del motor.¿Mejor? no. ¿Peor? tampoco. Simplemente el ambiente que se respira es ajeno, es especial. Así que cuando acabó la carrera de F1 sólo quedaba buscarse la vida para entrar a la pista y tumbarse sobre ese asfalto. Historia y mitos han dejado sus huellas ahí abajo, eso es un torrente de sensaciones único para quien de verdad lo quiera sentir.