Adventure Camp '12
Miguel Julián
por Miguel Julián
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Después de diez días súper intensos, el campamento llegó a su final. Mi segunda experiencia en estas batallas ha sido muy positiva. Aunque no todo podía ser perfecto: y es que de nuevo he vuelto a sentir que estaba “sobretrabajando”, y eso no me ha hecho sentir muy bien. Tengo que indagar sobre eso… a ver si un día soy capaz de tomar conciencia.

Por lo demás, todo ha sido genial. Estar con el resto de monitores, como siempre, ha sido fantástico. Complicidad, juegos y diversión unida a una gran responsabilidad. Pero lo más grande han sido los más pequeños. Este año sí que he conseguido tener esa complicidad que echaba en falta el año anterior.

Ha sido una gozada ser “el moco” de “mis cacas”, contar cuentos por la noche y disfrutar en la piscina con aguadillas y lanzamientos dignos de 10.0, 10.0 y 10.0. La verdad es que después de consolar a las chicas que el año que viene irán al “campamento de mayores” y ser capaz de emocionarme con ellas, el momento de bajón me vino cuando comenzamos el viaje de vuelta.

Tenía ganas de estar solo, así que música en las orejas y un poco “autistado” empecé a pensar en mi futuro. En qué es lo que realmente me hace disfrutar… sólo el pensar que el año que viene podría no ir de campamentos hizo que se me escaparan algunas lágrimas (tenían todo el permiso, claro). Este año será difícil, pero espero que poco a poco, este petrolero se vaya alineando.

Mientras tanto… ¡gracias a todo el Adventure Camp ‘12!

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