Hoy nos hemos dado ya los últimos paseos por la ciudad de Dublín.Desde mi punto de vista, turísticamente no tiene demasiados atractivos. No veo nada que la haga destacar por encima de otras que he visto, pero desde luego es diferente, y sobre todo el ambiente es fantástico. Parece imposible cansarse del barrio del Temple Bar (de donde surgieron los U2, por ejemplo), y pasear por el canal y el centro es agradable. Sin duda mucho ambiente y pocas piedras.
Hoy hemos ido a “reservar” el alquiler de coche para mañana, todo demasiado fácil. Mañana veremos que carro nos toca (un Polo? no estaría mal). Después hemos ido a la Guinness Storehouse, aunque de paso nos hemos parado a ver una iglesia del s. XII (bah), donde nos hemos pasado un buen ratico charlando y tomando el segundo desayuno en la zona que estaba derruida, debajo de un gran arco gótico. Un buen momento, sí señor. Sin prisas, sólo disfrutando.
La Guinness Storehouse está bien. Pero honestamente creo que sólo merece la pena el final. Donde eliges si aprender a tirar la cerveza y bebértela, o subir a lo alto del edificio, un “bar” circular con ventanales desde donde se puede ver toda la ciudad y pedirla y bebértela. Antes paseas entre vídeos y una explicación de la producción de la Guinness… muy bonito, pero 16,5 europios me parece excesivo.
Bocadillo a lo homeless y carrera para ver el museo de historia natural. Para ver ese estupendo “zoo muerto” con infinidad de especies vertebradas e invertebradas. Pero lo mejor ha venido después. Un ratico en el parque con esos preciados rayos de sol que han salido y que nos han dejado estar en el césped. En manga corta y preparando/pensando cosas para el viaje que empezamos mañana.
Muchos interrogantes, pero seguro que al final todo sale muy bien. Sin problemas :)