Día 30-31: Aterrizando en England y descanso merecido
Miguel Julián
por Miguel Julián
4 minuto(s) de lectura

Categorías

  • day-by-day

He tardado 30 días en no escribir sobre un día en concreto. Pero ayer se podría haber calificado como “el descanso del guerrero”. En mis planes estaba salir para Londres, pero un billete barato para hoy y muchas ganas de descansar se apoderaron de mi plan. Así que aquí estoy, escuchando un poco de rap (sí, rap, me apetecía) mientras escribo estas líneas. Con una lista de cosas por hacer de 5 ítems de los cuales el primero es “Despertarme”. Así que el día va a ser tranquilo, aunque nunca se sabe.

Lo bueno de haber estado un día de relax es que ahora veo todo con un poco de perspectiva. Ayer compré el billete de vuelo de vuelta a Zaragoza, todavía quedan muchos días, tanto que Ryanair casi no me deja hacer la facturación online esa. Por lo visto el 2 de septiembre aterrizaré en el aeropuerto de Mañolandia. En el fondo se echa de menos el clima (sí, aunque sea mucho calor), la gente de por allá, mi casa y esa vida más tranquila y relajada. Pero es “en el fondo”. Ayer pensaba que cualquier sitio en el que paso dos días ya tiendo a llamarlo “casa”. He tenido ya varias casas, y la capacidad de adaptación a cada una de “mis casas” ha sido brutal. A lo largo del viaje he visto y escuchado a muchas personas quejarse de muchas cosas, algo muy común en el día a día en España también. En cambio de forma natural (porque “no me queda otra”) afrontas cada pequeño inconveniente con una sonrisa hacia los demás, con buen rollo (como el de Dogma) y con ganas de aprender de cada experiencia.

Lo que peor llevo es que te cobran por respirar cuando vas a sitios turísticos, pero todo se puede llevar mejor si intentas llevar un ranking de las mayores timadas que te han pegado. Y las camas de hostales que hacen mucho ruido también son caso aparte, pero eso está bien, a ver si así puedo, de una vez por todas, acostumbrarme a dormir sin moverme mucho. Sigo alucinando con la gente que se tumba en la cama, llega alguien con un martillo, le arrea en la cabeza y al día siguiente se despierta igual que se acostó. Al estilo momia egipcia. Para mí sigue siendo un reto imposible, no me cuesta casi nada dormirme (si hay ruido me pongo Dark Tranquillity, que ya es “grupo para dormir”, y apañados), pero por la noche aunque sea semi-consciente me sigo moviendo.

Decía que desde este descanso del guerrero puedo observar las cosas con más tranquilidad. Ver errores que he cometido en el viaje, e incluso puedo ver lo que he hecho para subsanarlos. Puedes intentar recordar personas que te han sorprendido, intentar analizar el porqué, por alguna razón han hecho algo que consciente o inconscientemente me ha sorprendido. Conoces muchas personas que se plantean retos, personas que movilizan a otras, que vuelan por libre, conoces historias conmovedoras, conoces personas con las que desearías estar mucho más tiempo y sólo has estado con ellas una única noche… De todas ellas puedes aprender muchas cosas, y de tu comportamiento hacia ellas también.

Durante este viaje he probado a “ser diferentes personas”, y ver con cuál he disfrutado más, cuál me ha generado más “ansiedad-estrés”, qué ventajas y qué inconvenientes tenía cada una de ellas. Tampoco ha podido ser tan analítico como me gustaría, pero desde luego cuando echas la vista atrás te das cuenta de lo que te pide tu cuerpo cuando eres cada una de ellas. Momentos como las charlas del hostal de Oxford con “los Michaels & compañía” cuando pensaba que iba a ser muy difícil encajar. Momentos como ese pequeño paseo con música de camino al coche en Killarney, mi cuerpo/cabeza lo necesitaba, a modo de reencuentro conmigo mismo, aunque antes me sentía genial. Como ya he dicho “otros días” esos momentos aparecen sin buscarlos, no acabo de encontrar una explicación lógica, pero creo que en parte esa es la gracia del asunto cuando te enfrentas contra algo tan complicado como el coco de uno mismo (y de los demás).

Hoy toca volver a echarse al hombro esa mochila que me acompaña allá donde voy y empezar la última etapa (casi dos semanas) de mi viaje. Mi intención es turistear Londres, andar mucho y sitios, visitar algunos sitios de los alrededores que me atraen especialmente, ver a algún amigo que otro, tal vez hacer alguna locura y el 24 ir a Groove (es imposible tener Low Expectations, pero hay que intentarlo, porque temo que se quede en agua de borrajas).

Hoy dejo Manchester pero me parece que esto va a ser un “hasta pronto”, me gusta la aceptación de las personas por aquí arriba, sobre todo del Sr. A que me ha acogido en su casita y con el que he podido disfrutar de un viaje alucinante que mucho me temo que no olvidaremos. Siempre nos quedará Tipperary ;-)

Por cierto, preocupaciones: la herida de la mano del Arthur’s Seat va por buen camino después de una de mis cirugías menores dignas de Jack El Destripador. Sin dolor, con buen aspecto… Hoy me he levantado con la garganta un poco tomada (habrá que comprar limones) y sobre todo me preocupa que la batería de este dichoso móvil se desploma cada vez más. ¿Quién dijo que septiembre estaba lejos? A ver qué sacan…….

20120820-103610.jpg