Miguel Julián
por Miguel Julián
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Parecía que no iba a haber ningún plan para este fin de semana, así que nada mejor que una ruta por tierras de la frontera entre Lleida y Tarragona  (cerquita de Valls, ¿a quién conoceré yo de allí? desde luego buena gente). El plan era muy sencillo, fin de semana a dónde me llevaran. Fácil, fácil. ¿O no tanto? Desde luego mi primera idea era un fin de semana de relax y lectura (Kindle preparado a tal efecto), pero al final se ha convertido en un duro finde de piedras.

Y la verdad es que no me quejo, pero la vida del “piedrero” es muy dura. Posiblemente sea mi primera experiencia “turística” desde que volví de mi aventura por tierras norteñas, y se me ha hecho muy extraño esa ausencia “total” de libertad. Aunque el tiempo no ha acompañado demasiado parece una tierra fabulosa para hacer caminatas (de hecho había muchas personas dándole a las patas y a la bici, y al coche, claro). Pero supongo que, como siempre en estos casos, tiendo a seguir el plan del grupo. Eso sí, el plan al final ha sido genial.

Los monasterios de las Santas Cruces (sorry, no recuerdo el nombre en catalán), Poblet y ¿Vellabona? rezumaban historia por los cuatro costados. Los monasterios tienen algo especial, las piedras susurran (vale, no, pero casi). A veces, si las tocas con suavidad puedes sentir todas las personas que las han tocado antes que tu. Desde luego a una mente inquieta le vienen miles de turistas, entre los que se encuentran buenorras, pero también buenorros, viejos, familias, pedugos que apenas levantan unos palmos del suelo.

Pero esas piedras han vivido mucha historia. Militares, ladrones, monjes y monjas, canteros, arquitectos, reyes, reinas, nobles, intrigas, … Pero sobre todo me fascina la vida de los monjes. Una vida sencilla y plena. Cuando anduve por Grecia no me disgustó la idea de ir a un monasterio y trabajar a cambio de alojamiento y comida. Al parecer por Poblet debe haber algo parecido, tentador. Una semanita al estilo: madrugas, te encomiendan un trabajo, lo haces, comes, duermes y mantienes conversaciones con gente diferente (con los que se pueda, claro). Lo de ir a misa me echa para atrás, pero bueno, no sería la primera vez que voy a misa como paso obligatorio.

Parece una vida parecida a la que se puede llevar en un hostal en el extranjero, en el que trabajas y no cobras, pero te dejan dormir y tomar el desayuno gratis. La oportunidad surgió en Londres y fue muy tentadora (necesitaban gente que hablara español e inglés, porque todos sabemos cómo somos los españolitos…). Bueno, ese estilo, menos tiempo pero multiplicando las sensaciones interiores. No me importaría.

Ya me he ido por la tangente. La idea del finde al principio me convencía mucho, cuando llegué a la realidad me disgustó un poco, pero al final ha sido bastante redondo. Alguna conversación interesante, bastantes risas, mucha cultura y muy poco internet. Por cierto, que toma sugerencia/reclamación (en folio en blanco) al hotelito. Las críticas constructivas creo que son necesarias para mejorar.

Alguna conversación “muy separada en las horas” de Whatsapp, un poco de lectura, disfrutar del nuevo iPhone 5 (Lord Snow II) y dormir bastante mal han sido la guinda para esta tarta de fin de semana. Ah! la historia de España, Castilla, León, Aragón, Navarra, Cataluña, … de esa época es bastante divertida y especial, sobre todo cuando se une a emplazamientos físicos. La verdad es que he visitado muchos relacionados con Castilla, León, Aragón y Cataluña… supongo que algún día debería hacer un mega artículo para que todos fuéramos un poco más cultos. Se aceptan donaciones e ideas.

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