La historia comienza con un cambio de horario del vuelo Bruselas -> Zaragoza. Si el vuelo no me va a salir tan barato y cómodo pues me pico y aprovecho y alargo el viaje. Así que hablé con tres amigos en Suiza, con la gente del trabajo, y adelante. Dos semanas “low cost” en Suiza trabajando por las mañanas.
Primera etapa, Zürich. Por fin salía del aeropuerto. La verdad es que poco pude ver de la ciudad. Al final tocaba vida de trabajo por la mañana, y por la tarde un poco de turismo, un poco de fiesta. Una pequeña vuelta de tuerca para ver un estilo de vida diferente.
Como diferente fue la barbacoa en Basilea. Una ciudad muy bonita, gente agradable, ¡y hablando español! La verdad es que me vino bien un día tan agradable. Después empezaba la siguiente etapa, Berna. Bajamos el Thun en botes hinchables. Barbacoas. Juegos de mesa en el lago. Todo más pausado. Todo con mucha paz.
Y por último vino Ginebra. Bueno, en Ginebra poco, más aventuras alrededor de el CERN. Juegos de mesa, día a día con mis anfitriones, enseñar a usar un coche no automático a un americano, montar una barbacoa.
Cuatro ciudades. Cuatro grupos de personas diferentes. Experiencias totalmente diferentes. Pero todas totalmente satisfactorias. Ha sido una pequeña experiencia vital imprescindible.
De hecho por el camino, una mañana mientras trabajaba todo se precipitó y parece que laboralmente se abre una nueva vida para mí. Habrá que aprovecharlo.