Empezar un día con la idea de “vamos de museos, que hoy estoy fuerte” puede parecer correcto, pero en Londres no lo es tanto. De hecho llevaba en mente no ser concienzudo, tampoco quería ver la British Gallery, así que el día iba a ser intentar llegar a lo que pudiera del Museo de Historia Natural, el British Museum, uno de “street art” del que había visto alguna foto y el Victoria&Albert. Pues bien, acabé reventado, y acabar es porque me fui al hostal, sino hay sigo viendo cosas.
Primero fui al Museo de Historia Natural, donde había una gran fila, pero quería verlo. Pero no hay nada como entender lo que te dicen y que te manden a otra entrada en la que no hay fila de entrada. Así que para adentro (aquí fui un poco capullo porque había gente a mi alrededor que nos miró a los 6 ó 7 que nos íbamos extrañados. Pues oye, que espabilen y pregunten :) el museo es muy chulo, pero enorme. Tiene unas secciones de la formación de la tierra, rocas y accidentes geográficos (con una sala que recrea un terremoto como si estuvieras en una tienda de Japón, muy interesante) y luego otras secciones donde es un museo de animales. De esto ya había visto mucho en Dublín y Oxford así que no me sorprendió, pero la verdad es que hay un montón de explicaciones, muchas actividades interactivas y sobre todo destaca la zona de los dinosaurios. Espectacular no era, pero había fila y tuve que lento de narices. Bastantes explicaciones y bastante buenas. Intentando hacer que el visitante le de al coco, pero tampoco tantísimas cosas como me esperaba (low expectations… Si fallas, te decepciona). Eso sí, lo que más me sorprendió fue ver un terrario con hormigas, y ver en directo como cada una va haciendo su labor y cómo viven. Muy interesante.
Después me metí al Victoria&Albert que está enfrente y es un museo como de diseño. Pero fue entrar y salirme. Era demasiado grande e interesante para lo cansado que iba. Vi algunas esculturas (como la de la foto de Bernini, creo recordar) y sobre todo salí a un jardincillo que hay en medio a descansar. la verdad es que fue casi lo mejor del día. Tirarme al sol un rato a pensar sobre mis fuerzas y lo que iba a hacer.
Decisión rápida. Irme a la zona del British, comer, buscar el de street art y luego todo lo que me diera tiempo al British. La idea es que al British tenía que volver y al V&A también, así que sin demasiado estrés. Antes pasé por los Harrods mientras picaba unas patatuelas y probaba la ginger beer, y me paré en otro parque a comer un rato. Control se avituallamiento rápido y al museo de street art que “estaba por allí”. La verdad es que me sorprendió mucho, mucha creatividad, mucho pensamiento lateral, muchas cosas divertidas y actuales. Póster gratis de recuerdo (si llega vivo me lo cuelgo) y al British.
Del British Museum lo que más me impacto es que al principio parece pequeño, pero de repente te das cuenta de que es inmenso; sólo trasladarte de una zona a otra ya te lleva un tiempo. Así que fui al turrón, querría ver las cosas griegas del Partenón, el arte egipcio y el gigante ese de Papúa. Lo último tendrá que esperar ya que me echaron (es gratis, pero no abren demasiadas horas, una pena). Impresiona lo grande que es el espacio y toda la cantidad de arte y cultura que se han estado trayendo durante muchos años. No sé cómo será cada caso, pero duele pensar que tal vez en el sitio original queden “huecos”, como seguramente pase.
Vuelta a hostal. Hoy he puesto una foto de la azotea, que es donde pasamos las noches hasta que nos echan ( a las doce). Es el momento de socializarse, y luego ya decides si quieres seguir la juerga o te vas a dormir. Ayer, hablando-hablando, se hicieron las tantas. Y nada de escribir (ni poner la lavadora). Así que hoy voy en el tren camino de Canterbury, con la camiseta del Arsenal que me compré, en modo barato (no es con la que juegan) y con el número 10 y uno de los más grandes a la espalda (empieza por ‘B’, quién es). Parece que me va a llover, pero espero que Canterbury no defraude.