Burgos, de boda
Miguel Julián
por Miguel Julián
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Burgos - Boda de Judith - Miky - Miguel

La última boda a la que había ido había sido de “las raras”, de las que creo que cada vez me gustan más. Pues esta vez tocaba irse hasta Burgos para ver la boda de una de esas personitas que te importan mucho, no importa dónde estén, ni cuánto tiempo haya pasado y no te hayas visto. Así que cuando me dijo ese “tengo una noticia que darte”, ya casi era hora de reservar el autobús.

Honestamente creía que me iba a aburrir mucho. De hecho tenía que trabajar un poquito (conciertos, pilares, …). Pero al final resultó un fin de semana muy agradable. Desde luego cuando estás en un buen hotelito, cuando te das un lujazo, pues se agradece. Puedes trabajar bastante bien, y descansar, e incluso divertirte viendo partidos de la NBA a altas horas de la madrugada en el Plus.

Eso sí, el día de la boda. Eso de boda en iglesia y después banquete… Pues sí, la ceremonia aburrida (como todas, que aquí nadie se libra), con algún momento de estos que tocan la fibra, pero aburrida. Y el banquete y el baile, pues fue mucho mejor de lo esperado. Por lo visto la mesa cinco fue todo un acierto. Rodeado de buena gente y sobre todo, de gente muy loca. A mi medida (incluso más!).

Así que, yo que pensaba que me iba a aburrir, e incluso a sacar mi faceta más asocial. Pues todo lo contrario, me lo pasé bastante bien y tuve esa vena participativa. De nuevo esas Low Expectations jugaron a mi favor (seguramente), pero desde luego, la buena acogida que siempre me han dado por esas tierras es definitiva para que me sienta como en casa. Así da gusto volver a “una de mis tierras”.

Gracias a la ciudad por traerme tantos recuerdos. Gracias por la invitación, por ese pensamiento para mí. Gracias a la mesa cinco. A la familia (aunque algunos no se acordaran de mí xD). Al reencuentro con la Señora M (aunque se fue con una inexplicable bomba de humo). En fin, cuando uno vuelve a mirar hacia atrás en el autobús, y sentir pena… pues es una sensación muy reconfortante.